- 1
cartulina/papel de scrapbook impreso por las dos caras - Tijeras - 1 gancho/chincheta - 1
pajita - 1
regla - 1
lápiz - Pegamento
Paso
1 Cortamos la
cartulina formando un cuadrado. Con la ayuda de una regla trazamos las diagonales
uniendo las puntas del cuadrado en forma de equis
con un lápiz.
Paso 2 Cortamos por las líneas que acabamos de hacer dejando un espacio de entre 1cm y 1cm y
medio sin llegar al centro.
Paso
3 ¿Qué cara del papel nos gusta más? Pues esa es la que vamos a poner hacia arriba. Doblamos los extremos hacia el
centro, haciendo que quede cada una de las puntas una encima de la otra. Fijamos las
puntas con un puntito de pegamento y las dejamos secar.
Paso
4 Una vez
secas, atravesamos las cuatro puntas con un gancho.
Podemos dejarlo así, pegarle un botón o como he hecho en este caso, colocar un
pequeño parche de fieltro. Si las puntas nos han quedado mal pegadas, esto
evitará que se vean.
Paso
5 Cogemos una pajita de papel o una cualquiera de las de
plástico de toda la vida. En este
caso he usado unas de Ikea que me
gustaron mucho porque son más gorditas que las normales y en colores pastel muy
chulos. (100 pajitas = 0,99€). A continuación, aplastamos ligeramente uno de los
extremos de la pajita y la fijamos con los ganchos. Y... voilá... ¡ya tenemos nuestro molinillo!
A
partir de aquí, podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación, utilizar
diferentes materiales, decorar la pajita con washi tape, cambiar la pajita con una palito de madera, o escribir el nombre de tus invitados en un banderín. Como digo siempre, en esto del D.I.Y las posibilidades son infinitas.
También podéis
usar los molinillos para decorar un montón de espacios diferentes como una mesa
dulce, centros de mesa o incluso cajitas de regalo.
Si os ha gustado, no os perdáis otros tutoriales DIY aquí y si os animais a hacerlo y me lo queréis enseñar, sólo tenéis que subir la imagen a las redes usando el hashtag #sweetmolinillo
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