No
quería empezar a escribir este post sin pediros perdón. Y es que os debo una disculpa por mi ausencia en las
últimas semanas. He vuelto a mudarme... ¡otra vez! y ando metida de lleno en un
proyecto que me hace mucha, pero que mucha ilusión y que os desvelaré muy pronto.
Hoy
os traigo un diy de lo más sencillo,
cómo darle un aire diferente a una caja de fresas con Chalk paint. Una gran
parte de nuestros efectos personales, se han tenido que quedar en Alemania así
que para que nuestro nuevo hogar no resulte tan frío mientras decidimos qué
muebles comprar, me he puesto manos a la
obra. Además con
la llegada de la primavera y del buen tiempo (bueno, eso según el día), a una
le van entrando ganas de ponerse “creativa”
y darle ese toque personal a nuestra casa.
¿Qué materiales vais a necesitar? Muy
sencillo, una caja de frutas, Chalk paint, un aplicador de esponja y unas tizas
de colores.
Lo
primero que tenemos que hacer es limpiar la caja de fresas y dejar que seque. A
continuación, la pintamos por todas sus caras hasta conseguir tapar bien los
dibujos de la caja, y que quede totalmente uniforme. Una vez terminado, dejamos
que vuelva a sercarse del todo.
En
este caso, la he dejado así porque los pompones cubren prácticamente toda la
caja pero podéis forrar la base con algún retal
de tela o bien pintarla. Además de un elemento muy práctico
(podéis usarla también de bandeja) es una solución low cost para decorar y llenar de vida cualquier rincón.
Como habéis podido observar (y si no, ya os lo digo yo) he usado Chalkboard paint y no Chalk paint ¿la diferencia? La primera es pintura para pizarras (supongamos que tenemos una muy vieja y queremos restaurarla para que se pueda volver a pintar). La segunda es pintura acrílica efecto pizarra, con un acabado satinado y aspecto empolvado. Aquí os dejo un vídeo que he encontrado para que la podáis hacer en casa ¡es facilísimo!
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